El Evangelio de Tomás
Durante mi formación como médium canalizador, descubrí que yo era el apóstol Tomás hace 2000 años. Ahora veo como mi tarea describir la vida, la muerte y otros efectos de Jesús tal como fueron en realidad: de primera mano y sin censura. El apóstol Tomás era un erudito en palabra y escritura, un maestro para otros y estaba íntimamente conectado con el Arcángel Miguel, el poder y la palabra de Dios.
Jesús fue crucificado junto con un pescador y un ladrón. Los dos lo habían defendido porque sabían en el fondo que Jesús era inocente, de ahí su condena. Junto con Jesús Sananda, los tres abrieron una puerta dimensional, cuyos efectos todavía se pueden sentir en toda la Tierra hoy, 2000 años después. La puerta dimensional se derrumbó cuando el último de los tres, el ladrón, murió. El mismo Jesús ya había abierto y mantenido abierta una puerta dimensional más pequeña 13 años antes de su muerte. Surge por sí solo cuando las personas ya se encuentran en la 5ª dimensión con parte de su ser. Este no es sólo el caso de Jesús, sino de muchas personas, pero sólo en su última encarnación. Jesús era un ser humano, no más hijo de Dios que cualquier otro ser humano. Los seres 5D pueden hacerse visibles en la 3ª dimensión. Por eso sus discípulos pudieron percibirlo incluso después de que su cuerpo tridimensional ya había muerto en la cruz. Hubo una disputa entre los apóstoles sobre si Jesús Sananda debería ser descrito como un hombre o como un dios. Yo, el Apóstol Tomás, no pude salirme con la mía, la votación fue 9:3 en contra del hombre Jesús y a favor del “Hijo de Dios”, Simón y Bartolomé estaban de mi lado; Saulo Pablo, que no conocía personalmente a Jesús, pudo convencer a los demás de su linaje. Me incliné ante la mayoría, lo cual me arrepiento hasta el día de hoy. La iglesia cristiana y el mundo entero serían diferentes hoy si yo hubiera permanecido fiel a mí mismo en aquel entonces. Pero no se pierde nada porque hay renacimiento de personas en la tierra y se pueden cambiar las decisiones.
